MATEO
6, 19 – 24: »No acumulen para sí tesoros en la tierra, donde
la polilla y el óxido destruyen, y donde los ladrones se meten a robar. Más
bien, acumulen para sí tesoros en el cielo, donde ni la polilla ni el óxido
carcomen, ni los ladrones se meten a robar. Porque donde esté tu tesoro, allí
estará también tu corazón. »El ojo es la lámpara del cuerpo. Por tanto, si tu
visión es clara, todo tu ser disfrutará de la luz. Pero si tu visión está
nublada, todo tu ser estará en oscuridad. Si la luz que hay en ti es oscuridad,
¡qué densa será esa oscuridad! »Nadie puede servir a dos señores, pues
menospreciará a uno y amará al otro, o querrá mucho a uno y despreciará al
otro. No se puede servir a la vez a Dios y a las riquezas.
Quizás hoy estemos en los tiempos para entender más perfectamente el pasaje
de Mateo: no se puede servir a Dios y a las riquezas, aunque se puede ser rico
y servir a Dios. El evangelista es más radical en su planteamiento, porque
servir a Dios es amar y servir a las riquezas es codicia, Dios me lleva a
servir y a desprenderme mientras que las
riquezas me llevan incluso a robar, son dos posiciones antagónicas pero que
Mateo lleva a sus últimas consecuencias. En nuestro tiempo, aunque tenemos la
suficiente cordura como para saber que ser rico o pobre no es un impedimento
para servir a Dios. También somos conscientes que robando, defraudando, malversando…
no estamos en la mejor disposición para servirlo.
Nuestro tiempo parece un episodio incontrolado de servicio al dinero: el
que es poderoso y puede lo roba; el que es poderoso y no quiere robarlo se
dedica a producir en países que están a favor de la explotación infantil; roban
los sindicatos, se hacen cursos falsos en el Inem, se privatiza la sanidad, se
pone la prioridad en las petroleras, se impide traer a la luz proyectos de
sostenibilidad; se promueven guerras y se deja a la población que las sufre
vivir entre el tiroteo o confinados, o pasando hambre… Y además resulta que el
que está en el paro, sin posibilidad de pagar, teniendo que hacer lo imposible
por mantener a su familia y que el banco está a punto de desahuciar también es un delincuente, lo que importa es
el dinero y que usted pague.
Si ahora miramos la situación política de estas últimas municipales y nos
atenemos a los muchos cambios que ha habido y en cómo la sociedad ha colaborado
para mostrar su descontento y desconfianza hacia esos partidos, pongámonos
también en la necesidad y en la garantía que tendría esa misma respuesta
ciudadana a favor del amor. ¿Es que quizás pensemos que el amor basta
viviéndolo en pareja? ¿O entre los miembros de nuestra familia? El amor es el
derecho más fundamental de la vida porque hace fructífera la libertad, y como
bien para la humanidad hay que conseguirlo, porque nadie más debiera todavía
sufrir de desamor. Lo importante es hacer feliz al otro, que se sienta amada,
que sea feliz, y lo importante para mí es que le demos este sentido a la vida,
más allá de cualquier otro, y la política, las hipotecas, las eléctricas… que
se esperen, y que colaboren.
Levántense contra el agua y la luz, contra el petróleo, contra los recursos
explotados…
Si tuvimos presente todo aquello que surgió después del 15M, cuánto más
presente no vamos a tener el sentido de la vida humana. Que sirvan, que dejen
el dinero y que sirvan.
No hay comentarios:
Publicar un comentario