MATEO 11, 16 – 25: He aquí, yo os
envío como a ovejas en medio de lobos; sed, pues,
prudentes como serpientes, y sencillos como palomas. Y guardaos de
los hombres, porque os entregarán a los concilios, y en sus sinagogas os
azotarán; y aun ante gobernadores y reyes seréis llevados por causa de mí, para
testimonio a ellos y a los gentiles. Mas cuando os entreguen, no os
preocupéis por cómo o qué hablaréis; porque en aquella hora os será dado lo que
habéis de hablar. Porque no sois vosotros los que habláis, sino el Espíritu de
vuestro Padre que habla en vosotros. El hermano entregará a la muerte
al hermano, y el padre al hijo; y los hijos se levantarán contra los padres, y
los harán morir. Y seréis aborrecidos de todos por causa de mi nombre; mas
el que persevere hasta el fin, éste será salvo.
Cuando os
persigan en esta ciudad, huid a la otra; porque de cierto os digo,
que no acabaréis de recorrer todas las ciudades de Israel, antes que venga el
Hijo del Hombre. El discípulo no es más que su maestro, ni el siervo más
que su señor. Bástale al discípulo ser como su maestro, y al siervo como su
señor. Si al padre de familia llamaron Beelzebú, ¿cuánto más a los de
su casa?
Hoy 26 quería recomendaros el libro de Luis
González Carvajal que habla sobre las Bienaventuranzas de Jesús, es quizás uno
de los libros que más me ha aportado este 2014 que acaba sobre qué quiso o no
quiso decir Jesús cuando desde aquel lugar propuso todas aquellas reglas, si es
que podemos llamarlas así. Cuando leo este pasaje me viene a la memoria la
bienaventuranza que dice: felices los mansos. Y qué claro que dice aquí Jesús
que un manso, de ninguna manera, es un bobalicón del que la gente pueda
aprovecharse, un bonachón.
Sed prudentes pero sencillos, sed mansos. Y no será
el único pasaje en el que Jesús propone diligencia, astucia y atención. Para el
Maestro, tan importante son la honestidad y la sencillez como la inteligencia y
las sabias decisiones, pensando además, que cada día hay que afrontarlas. Y qué
mejor que poner sobre aviso a sus discípulos que igual lo veían todo muy de
color a chocolate, dulzón. Ahora que estaban constituidos y que tenían poder
toca asentar la cabeza y templar el corazón. Ser personas integrales nos dice
Jesús, sabios y sencillos: mansos.
Venimos del nacimiento del Señor, y después de
tanta celebración es normal que el hombre diga esto de, cuidado, atención! No se olviden que vivimos en el mundo, y en
aquel entonces en un mundo muy convulso, cargado de odio, de caminos de
ladrones, de opresión, de ejecuciones y en el que la vida podía valer lo que
Roma quisiera en cualquier momento. Hoy día, salvando los métodos, que hemos
logrado pulir también hay que ser avispados para no caer en la trampa.
Sea como fuere, en activa o en pasiva, participar
del mundo como cristiano no es fácil. Pero Jesús nos tranquiliza si nosotros
queremos y buscamos el arropo del Espíritu Santo. Aquel que constituyeron como
nuestro Ayudador, y que Jesús coloca en la tesitura del que vela por cada uno
de sus hermanos y hermanas.
No es gratuito que el evangelista nos avise de los
tiempos raros que se viven. Y de hecho hay que tener en cuenta que está avisando
a la comunidad cristiana, porque repasando las noticias, amados, no hay semana
que el mundo cristiano no esté en boca de alguien por una mala interpretación,
un mal comentario, un escándalo…
Quizás esta gran institución cristiana primero deba
callar y optar por las obras de misericordia. Trabajar a favor del pobre,
ayudar al anciano, visitar al preso, dar de comer al hambriento, vestir al
desnudo… Fijarse en todas las Ong’s y asociaciones que están trabajando desde
el fondo, con la gente, desde la base.
Dejar que se canalice, de nuevo, al ser humano
desde el Amor, comprensión, apoyo, devoción, vocación… Y mientras pedimos que
se sepa ser inteligente a quienes no lo están siendo, devolver un poco de esa
ilusión que empezó a correr ayer 25, y que hoy nos viene a modo de exhortación
este 26.
Feliz San Esteban a todos los que lo celebren!
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