MATEO
9, 35 – 38: Jesús recorría todos los pueblos y aldeas
enseñando en las sinagogas, anunciando las buenas nuevas del reino, y sanando
toda enfermedad y toda dolencia. Al ver a las multitudes, tuvo compasión de
ellas, porque estaban agobiadas y desamparadas, como ovejas sin pastor. «La
cosecha es abundante, pero son pocos los obreros —les dijo a sus discípulos—. Pídanle,
por tanto, al Señor de la cosecha que envíe obreros a su campo.»
Mateo nos presenta hoy ante lo que debería ser el llamado universal a darse
al prójimo, a la mutua ayuda, al hacer camino o al ampliar familia, por
ejemplo. Y puede que llegue a ser para algunos incluso sorprendente que en
ningún momento Jesús pide que busquen algún tipo de perfil sino que la puerta
se abre para cualquier persona que lo desee. Ya fueran judíos, o samaritanos, o
griegos, o esclavos, o publicanos… de toda índole o de toda tribu urbana, sea
gay, sea mujer, sea hombre, casado o divorciado, adúltero o incluso traidor,
porque si le pedimos a Dios que nos envía a las más guapas, a los más ricos y a
los poderosos mejor cambiamos de tercio hacia posiciones ultraconservadoras,
que las hay y mucho, no importa quién venga sino que vengan (ese debería ser el
llamado).
Claro, somos lo que somos y ocurre que como comunidad hay de todo y
lamentablemente a mucha gente la invitas a vivir el evangelio y te dicen que
NO, y NO porque llevamos un lastre de gente amargada, cotilla, quejosa y
malhumorada que además quieren hacer creer que viven en libertad, según la
voluntad de Dios o… Vamos, que con semejante cartel es normal que más de uno
se vaya corriendo cuando pasa por
delante de una iglesia.
Qué hacer? O qué no hacer? Porque aquí está el dilema, o por un lado
ponemos las cosas claras con esta gente que vive chafando al prójimo, o nos
aferramos a la libertad con la que creemos que Dios nos ha llamado y hacemos
como la vista gorda. Pues miren, a mí personalmente me gusta la primera opción,
porque no puede ser que uno vaya a celebrar la vida y se encuentre lo que se
encuentra, aunque también hay muchas, muchas personas que viven una alegría y
un darse a los demás que merecen un bien grande OLE!
El pasaje de hoy llama a todos éstos que hacen de estorbo, de espanta
pájaros, que NO, que no es así como dijo Jesús, que lo que hay que procurar es
que los obreros y los que vengan se encuentren fenomenal, participativos,
llenos, felices y vivos. Y si no logramos este objetivo es que indudablemente
estamos haciendo algo mal y es NECESARIO ponerse a trabajar para poder volver a
llamar a la mies a los que hoy huyen de ella. Claro, leer la Palabra está muy
bien, llevarla al corazón mucho mejor.
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