MATEO
21, 42 – 43: Les dijo Jesús: —¿No han
leído nunca en las Escrituras: “La piedra que desecharon los constructores ha
llegado a ser la piedra angular; esto es obra del Señor, y nos deja
maravillados”? Por eso les digo que el reino de Dios se les quitará a ustedes y
se le entregará a un pueblo que produzca los frutos del reino.
La lectura de hoy, mucho
más amplia, nos lleva al lugar de los labradores malvados con todas sus
alegorías. Pero no va a ocuparnos a nosotros sino este tema de la piedra
angular, aquella que colocada estratégicamente, por su ángulo, sostiene las dos
partes de un edificio.
En este pasaje se otorga a los constructores una parecida capacidad
creacionista: con la obra de sus manos son capaces de construir edificaciones,
casas, que por antonomasia serán el lugar de convivencia de la familia, pero
que también incluirá lugares de reunión, de ocio, de lectura, de aprendizaje o
de culto… De la obra de estos constructores surgen lugares en los que se
desarrolla la vida y a la Creación de Dios que abarca la naturaleza surge otra
creación que proviene del ser humano.
El relato en sí no dice en ningún momento que la construcción de los
edificadores sea mala, sino que se sostiene equivocadamente cuando la piedra
angular no viene puesta por Dios. Se produce aquí un doble criterio: el de los
hombres y el de Dios. También se quiere evidenciar la autonomía de ambos,
aunque de esa capacidad de unos y Otro el evangelista sostiene que aquello que
sujeta el edificio tiene su mejor versión en la elección del Altísimo. No
porque el ser humano no sepa sino porque en lo referente a la vida el único
sostenedor es Dios.
Cuando en el entramado religioso o civil el ser humano sustituye a Dios
puede ocurrir cualquier cosa, históricamente sabemos que cuando Dios fue
sustituido por el hombre surgió el nazismo y con ese movimiento la destrucción
del ser humano, el fracaso de la humanidad y del pensamiento. Nadie hasta
entonces podía imaginar semejante brutalidad. Nada ha vuelto a ser después de
aquel capítulo. La piedra angular que sostenía la vida en el Theos vino a ser
cambiada por el Antropohos y al sustituir a Dios surgieron los ismos, como el
nazismo. Aunque podemos extrapolar esa misma experiencia a los fundamentalismos,
que no es que provengan de Dios porque Dios ha sido sustituido.
El mensaje de hoy quiere recordarnos la importancia de aquello, que es
fuerte y que sostiene nuestra vida, aunque también nos pregunta ¿Qué es? ¿Es Dios,
es una fe, es un ídolo, es una ideología…? Es lícito que teniendo capacidad
construyamos pero es necesario que revisemos dónde y en qué estamos
fundamentados.
Feliz final de semana.
No hay comentarios:
Publicar un comentario