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jueves, 31 de diciembre de 2015

JUAN 1, 1 EN EL PRINCIPIO

JUAN 1, 1 - 12: En el principio existía la Palabra y la Palabra estaba con Dios, y la Palabra era Dios. Ella estaba en el principio con Dios. Todo se hizo por ella y sin ella no se hizo nada de cuanto existe. En ella estaba la vida y la vida era la luz de los hombres, y la luz brilla en las tinieblas, y las tinieblas no la vencieron. Hubo un hombre, enviado por Dios: se llamaba Juan. Este vino para un testimonio, para dar testimonio de la luz, para que todos creyeran por él. No era él la luz, sino quien debía dar testimonio de la luz. La Palabra era la luz verdadera que ilumina a todo hombre que viene a este mundo. En el mundo estaba, y el mundo fue hecho por ella, y el mundo no la conoció. Vino a su casa, y los suyos no la recibieron. Pero a todos los que la recibieron les dio poder de hacerse hijos de Dios, a los que creen en su nombre.



A lo largo de la vida, los seres humanos tenemos el gran privilegio de asistir a muchos nacimientos, aunque también a muchas muertes. Es el ciclo de la vida que une, misteriosamente, toda ganancia con toda pérdida, asistiéndonos en un caminar repleto de alegrías y de tristezas que cada cual puede escribir, reescribir, rectificar o, rompiendo las hojas, empezar de nuevo. Hoy viviremos en un ambiente de despedida y bienvenida bajo la atenta mirada de un año que pasa y otro que viene. Esto nos permite dos cosas, que además son de rigor: la primera es hacer balance, reflexión, del 2015 que dejamos ya atrás y, segunda, soñar, querer, desear, construir un 2016 que, en realidad, viene como un cuaderno con hojas en blanco. Entonces, preparen sus plumas, sus lápices, sus bolígrafos, ordenadores, tablets o móviles porque la vida sigue estando para escribir.

El 2016 no vendrá cargado de una magia que rectifique los por menores de la vida de nuestro siglo, pero sí viene con el deseo que lo gastemos, que lo vivamos, que lo amemos, que lo lloremos, que lo trabajemos… porque lo intrínseco al ser humano está en el amor y en la lucha, en la misericordia y la garra, en la solidaridad y en la osadía... Así que venzamos todo temor y dispongámonos para lo que viene, porque si precioso fue el camino, aún más hermoso será en el por venir, y si vienen dificultades que haya esfuerzo y si episodios de llanto, amistades que lo calmen. Llenémonos de amor entrañable, de comprensión, de entendimiento, de favor… deseemos compartir, ayudar, acercarnos y acoger. Tenemos tiempo, siempre tenemos tiempo.

Esta noche nos reuniremos para cenar, para celebrar, para brindar, para vivir juntos esta muerte que trae vida, este final que nos acerca al principio, esta singular vivencia del tiempo. Y en este capítulo de hoy, habrá un momento en el que callaremos, esperando el momento, nos miraremos, reiremos, pondremos el corazón en la mesa y agradeceremos lo bueno de compartir con tantas personas, lo grande de pertenecer a esta familia, lo increíble de gozar de esta existencia, y todo lo que es malo, todo lo que nos agobia, todo lo que nos preocupa empezará a perder volumen, a cargarnos menos… Aprendamos a no perder este momento tan especial.

Que sintamos hoy el mimo de una vida que nos ama, de un Señor que nos quiere, de una familia y unos amigos y amigas que nos acogen, que nos protegen, que nos acompañan, que se entregan. Aún cuando en la vida ganemos o perdamos, gastémosla, gastémosla, gastémosla!!

FELIZ AÑO 2016!!

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