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lunes, 25 de mayo de 2015

MARCOS 10, 17 UNA COSA FALTA

MARCOS 10, 17 – 21: Cuando Jesús estaba ya para irse, un hombre llegó corriendo y se postró delante de él. —Maestro bueno —le preguntó—, ¿qué debo hacer para heredar la vida eterna?  —¿Por qué me llamas bueno? —respondió Jesús—. Nadie es bueno sino sólo Dios. Ya sabes los mandamientos: “No mates, no cometas adulterio, no robes, no presentes falso testimonio, no defraudes, honra a tu padre y a tu madre.” —Maestro —dijo el hombre—, todo eso lo he cumplido desde que era joven. Jesús lo miró con amor y añadió: —Una sola cosa te falta: anda, vende todo lo que tienes y dáselo a los pobres, y tendrás tesoro en el cielo. Luego ven y sígueme.


Será curioso que el evangelio de hoy no sólo salte de Juan a Marcos, sino que además nos coincida con el resultado de las elecciones municipales de este 2015 aquí en Catalunya y en la península. Digo curioso porque hoy vamos a ponernos a escarbar en todas aquellas promesas que los grupos políticos han sugerido a lo largo de toda la campaña para convencer a sus votantes: que si YO haré aquello, que si conseguiremos lo otro, que si bajaremos el precio del transporte público, que si…

 Y bien, hoy leía en la vanguardia un artículo en el que se citaba todo aquello que ha prometido el grupo ganador de Ada Colau, y según la vanguardia promete: Una Diagonal sin coches (sin prohibir, dando alternativas) y convertida en eje verde, 30 guarderías públicas más en cuatro años120 millones para invertir en 12 barrios en 24 meses, 200 millones para cambiar el modelo energético, recuperar la Llotja de la calle Avinyó como escuela de arte, un abono de transporte público que incluye alquiler de coches y bicing o crear una oficina anticorrupción con denunciantes anónimos.

Barcelona en Comú, además, ha prometido crear un operador municipal para comercializar la energía con el propósito de romper el monopolio de lo que califica como "lobbys energéticos" y promover la instalación de placas solares, sustituir farolas de diseño por otras más modestas pero más eficientes y remunicipalizar la gestión del agua en la ciudad. También la idea de poner freno a "las crecientes desigualdades que padece los ciudadanos de Barcelona". "Los tiempos de las grandes obras faraónicas ya quedaron atrás", ha dicho la líder de Barcelona en Comú, quien reivindica "una urbanismo a escala humana. En estos momentos son necesarias muchas obras pequeñas en todos los barrios de la ciudad"... (CONFER Leer más: http://www.lavanguardia.com/local/barcelona/20150525/54431856323/promesas-electorales-ada-colau.html#ixzz3bATy20Y5 )

Todo esto está bien, pero seguirá la dinámica de sueldo de Xavier Trias que cobraba la solera de 144000 €, o por el contrario se someterá a la misma pregunta que Jesús hizo a este hombre rico. Porque a fin de cuentas, a mi pueden hablarme en chino, y pueden explicarme lo que quieran, pero si no son capaces de dar sus riquezas a los pobres, ¿Qué clase de cambio propugnan? ¿O no pasa el bienestar social por calmar el hambre y devolver el techo a los deshauciados? Porque si detrás de todo este paripé no se comienza a actuar para limitar el poder de los bancos, o actuar contra las mafias que se dedican a la explotación de seres humanos, para qué sirve crear esa oficina de anticorrupción si ya tenemos una.

Claro, podemos correr el riesgo de pensar que ellos, Ciutadans pel canvi, o ERC, o CIU, o el que sea son maestros buenos, porque nos van a solucionar muchas cosas. Bueno, bueno, sólo hay uno, y éstos políticos, si quieren ser diferentes que empiecen por vender lo que tienen y dárselo a los pobres.

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