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jueves, 9 de junio de 2016

MATEO 5, 20 MISERICORDIA O SACRIFICIOS

Mateo 5, 20 - 26: En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Si no sois mejores que los escribas y fariseos, no entraréis en el reino de los cielos. Habéis oído que se dijo a los antiguos: "No matarás", y el que mate será procesado. Pero yo os digo: Todo el que esté peleado con su hermano será procesado. Y si uno llama a su hermano "imbécil", tendrá que comparecer ante el Sanedrín, y si lo llama "renegado", merece la condena del fuego. Por tanto, si cuando vas a poner tu ofrenda sobre el altar, te acuerdas allí mismo de que tu hermano tiene quejas contra ti, deja allí tu ofrenda ante el altar y vete primero a reconciliarte con tu hermano, y entonces vuelve a presentar tu ofrenda. Con el que te pone pleito, procura arreglarte en seguida, mientras vais todavía de camino, no sea que te entregue al juez, y el juez al alguacil, y te metan en la cárcel. Te aseguro que no saldrás de allí hasta que hayas pagado el último cuarto.»


Para ser mejor que un escriba o un fariseo de entonces, que eran personas entregadas a la Torah, a la voluntad de Dios en la vida del creyente, era necesario un cambio de mentalidad evidente pues, en Israel, qué podía haber mejor que la obediencia a Dios?

Nuestro caso no es muy desigual, pues en muchos lugares todavía hay una devoción superlativa a la ley, a la costumbre, a situaciones y actitudes que parece que nos ponen en la buena relación con Dios pero que, de verdad, no se fundamentan en el mensaje de amor del Cristo. Sí, qué duda cabe, que nuestra vida espiritual va muy ligada a lo religioso, o a lo piadoso, y parece que cuanto más nos movemos en esta tesitura más cerca de Dios tengamos que estar. Que si oraciones por aquí, que si laudes, que si reuniones, que si misas, que si cultos… Todavía existe el precepto, la obligación, la necesidad de acudir y de hacer por temor, por si acaso…

Creo firmemente que uno vive más cerca de Dios cuando más realidad del Reino vive en él, o en ella. Es decir, cuanto más ama, más perdona, más tolera, más entiende los errores de los demás… Cuanto más realidad se hace el deseo de Cristo de que las personas vivieran unidas entre ellos. Cuántas más barreras se vencen entre pueblos, cuánto más se pacifica… Como dice el evangelista: misericordia quiero, no sacrificios.
No obstante, la convivencia entre las dos maneras de entender el acceso a Dios, o las tres, o cuatro, o cinco… están servidas a convivir y ello debe llevarnos a respetar unas formas u otras. Cuál es mejor, cuál es peor, cuál nos lleva a Dios o cuál nos separa de Él?


Qué misterio verdad?! Quiero pensar que toda barrera se vence desde el amor, no desde la Ley, pero quizás este equivocado, quizás no sea el camino seguro, quizás haya otra dirección.

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