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lunes, 4 de abril de 2016

LUCAS 1, 26 IDOMENI

Lucas 1, 26 - 38: A los seis meses, el ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea llamada Nazaret, a una virgen desposada con un hombre llamado José, de la estirpe de David; la virgen se llamaba María. El ángel, entrando en su presencia, dijo: «Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo.»  Ella se turbó ante estas palabras y se preguntaba qué saludo era aquél. El ángel le dijo: «No temas, María, porque has encontrado gracia ante Dios. Concebirás en tu vientre y darás a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús. Será grande, se llamará Hijo del Altísimo, el Señor Dios le dará el trono de David, su padre, reinará sobre la casa de Jacob para siempre, y su reino no tendrá fin.» Y María dijo al ángel: «¿Cómo será eso, pues no conozco a varón?» El ángel le contestó: «El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y la fuerza del Altísimo te cubrirá con su sombra; por eso el Santo que va a nacer se llamará Hijo de Dios. Ahí tienes a tu pariente Isabel, que, a pesar de su vejez, ha concebido un hijo, y ya está de seis meses la que llamaban estéril, porque para Dios nada hay imposible.» María contestó: «Aquí está la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra.» Y la dejó el ángel.


Escuchando, viendo o simplemente parando el oído a lo que nos rodea, a la actualidad más virulenta, ayer dieron la cifra de cuatro mil niños y niñas que viven en situaciones absolutamente deplorables en el campo de Idomeni. Bien, podemos llamarlo campo, zona de refugiados, lugar de asilo… que cada cual le ponga el nombre que desee. Lo cierto es que lo llamemos como lo llamemos uno no puede dejar de preguntarse qué ocurre con la dignidad del ser humano, con las condiciones de vida digna, con el libre tránsito de personas, con el derecho de asilo, con… sí, con la Declaración de Derechos Humanos que, otra vez más, lejos de responder a las necesidades del ser humano, queda en papel mojado. Y un papel mojado directamente podemos tirarlo a la basura.

¿Se imaginan qué debe ser leer un pasaje como el de la Anunciación en Idomeni?¿Qué sentido pueda tener? Europa bien podría ser la imagen de esta Isabel, que era estéril, como lo fueron otras grandes mujeres del Antiguo Testamento, como también lo fue Israel. Europa es hoy la más estéril de las entidades, organizaciones, uniones de estados que existen. Lo es por su incapacidad de tener hijos, porque cuando los tiene, los confina en estos centros que se llaman de refugiados pero que no son más que una triste acampada en donde las condiciones de salubridad escasean, como el agua, la comida…

Estéril, Europa, porque no eres capaz de tener hijos. Porque cuando los tienes procuras pactos con otros países a fin de que ninguno de ellos pise tu preciada sociedad del bienestar, que muere, irremisiblemente por la codicia de los bancos y de las entidades. Porque no sólo allí haces eco de tu esterilidad sino que la propagas entre ciudadanos que viven la pobreza energética, la morosidad, el desahucio, la falta de ayudas sociales…

Europa, ¿Qué dices de ti misma? Porque ni Merkel, ni Holland, ni Rajoy, ni los gobiernos, ni el FMI, ni Tsipras, ni las izquierdas, ni las derechas… hacen de ti un lugar en el que podamos vivir unidos, trabajando por una sociedad más justa, más equitativa, más igualitaria. Y por más que podamos conseguir, por más lucha social, por más derechos adheridos… tiras piedras contra ti misma.


El pasaje de hoy termina con un rayo de esperanza, porque para Dios no hay nada imposible. Él es capaz de hacer que la estéril dé a luz a un hijo, a una hija. Pero Dios te deja libertad y en esa libertad pierdes tu fecundidad, porque la escondes, la condicionas, la segmentas y quieres darla a cuenta gotas. Sí, recesión.

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