Translate

martes, 24 de enero de 2017

MARCOS 3, 31. QUIENES SON MI FAMILIA?

Marcos 3, 31 - 35: En aquel tiempo, llegaron donde estaba Jesús, su madre y sus parientes; se quedaron fuera y lo mandaron llamar. En torno a Él estaba sentada una multitud, cuando le dijeron: "Ahí afuera están tu madre y tus hermanos, que te buscan". Él les respondió: "¿Quién es mi madre y quiénes son mis hermanos?" Luego, mirando a los que estaban sentados a su alrededor, dijo: 'Éstos son mi madre y mis hermanos. Porque el que cumple la voluntad de Dios, ése es mi hermano, mi hermana y mi madre".


De un modo u otro la comunidad y la familia conforman los dos lugares en los que el ser humano se identifica, crece, se siente amado... Cuando el evangelista lanza este pasaje, lo hace pensando en la repercusión que el grupo tiene en la vida de su propia comunidad, que no seria para nada tan numerosa como las actuales, ni tan diversa, ni tan plural... Pero nosotros, lanzando una línea imaginaria, hemos querido vislumbrar una especie de signo profético que ha tenido continuidad a lo largo de los siglos como la gran familia cristiana.

Por ello el cristianismo, como otras religiones, ha pasado a ser una vivencia en comunión. Sólo en comunidad, en familia, nuestra fe cobra un sentido más pleno.
Sólo en comunión parece que podamos vivir más plenamente el Misterio de Dios, acercarnos a la Trinidad, vivir la universalidad de la Iglesia... Nuestro paradigma de vida nace, casi, de estos pasajes que nos acercan a la familia mesiánica de Cristo.
Ello, pero, no nos puede hacer olvidar que también participamos de otra gran familia, la humana, con la que convivimos entre iguales y con la que tenemos una profunda conexión de respeto y de amor. Por tanto, no podemos reducir nuestra vida común a aspectos de fe sino que, con nuestra vida de fe, debemos enriquecer el mundo que nos rodea y, con el máximo respeto, dejarnos interpelar por la realidad, la cultura y los problemas que se nos asocian.

Marcos llega a mostrarse muy crítico con la propia familia, y pienso que es bueno que nosotros mantengamos ese mismo espíritu respecto de nuestras comunidades, iglesias... Cuántos locos, o tachados de locos, nos han ayudado a crecer, madurar, descubrir...?? Así, no pierdan nunca la posibilidad de critica, de construir pensamiento... Porque necesitamos, necesitamos locura.

No hay comentarios:

Publicar un comentario