Translate

jueves, 9 de noviembre de 2017

JUAN 2, 13. PARADA DE PAIS

 JUAN 2, 13 – 21: Cuando se aproximaba la Pascua de los judíos, subió Jesús a Jerusalén. Y en el templo halló a los que vendían bueyes, ovejas y palomas, e instalados en sus mesas a los que cambiaban dinero. Entonces, haciendo un látigo de cuerdas, echó a todos del templo, juntamente con sus ovejas y sus bueyes; regó por el suelo las monedas de los que cambiaban dinero y derribó sus mesas. A los que vendían las palomas les dijo: —¡Saquen esto de aquí! ¿Cómo se atreven a convertir la casa de mi Padre en un mercado? Sus discípulos se acordaron de que está escrito: El celo por tu casa me consumirá. Entonces los judíos reaccionaron, preguntándole: —¿Qué señal puedes mostrarnos para actuar de esta manera? —Destruyan este templo —respondió Jesús—, y lo levantaré de nuevo en tres días. —Tardaron cuarenta y seis años en construir este templo, ¿y tú vas a levantarlo en tres días?


Qué curioso que hoy que tenemos este pasaje de Juan ante nosotros vengamos de una jornada de paralización de país en Catalunya, aunque fuera en condiciones un tanto extrañas.

Por partes. Juan nos señala una actuación de Jesús en la esplanada del Templo que trasciende el salmo al que hacemos, normalmente referencia, Lo trascendental del pasaje no es que la casa del Padre se haya convertido en cueva de ladrones, no. Lo esencial del pasaje es que vemos a un Jesús capaz de paralizar la actividad económica del Templo, cosa que no tenía que resultar ni nada fácil, ni nada agradable tanto para Roma como para los sacerdotes, saduceos… No podemos dejar de ver en este Jesús a un estratega colosal. No podemos obviar que en Jesús tuvo que darse también algo de transgresor, casi sindicalista en favor del Reino. Parar la economía es parar el país y, aquí, nuestro paralelismo.

Ayer algunos secundaron la parada, otros no. Hubo estudiantes, grupos civiles y sindicatos minoritarios que hicieron una acción en favor de la liberación de otros.
Quizás fueron pocos, pero hicieron mucho, mucho ruido. Quizás no fueron las formas, de acuerdo, pero cuando uno reclama y quiere ser escuchado, ¿Cuáles son? Está claro que hubo mucha gente perjudicada y me sabe mal, de verdad, pero ¿acaso no se perjudica cada día a alguien? Hay una cosa clara y es que para reivindicarse, de un modo u otro, hay que hacer violencia (o ruido si quieren). Y a pesar de que después todo esto se encuentre con la sordera de la política lo cierto es que es naturalmente humano hacerse escuchar si se quiere actuar contra algo. Y contra una herramienta como la política, sólo cabe el daño económico. Otra cosa será que se consiguiera o no, porque (en paralelo) a Jesús no le terminó de salir lo bien que hubiera querido.

Todo tiene su lectura; todo tiene su parte; podemos o no estar de acuerdo; podemos incluso respetarnos y amarnos, ayudarnos, consolarnos… pero en el otro polo hay que luchar por lo que uno quiere, a pesar de todo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario