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domingo, 19 de noviembre de 2017

LUCAS 18. TOZUDOS

 Lucas 18,1 - 8: En aquel tiempo, Jesús, para explicar a sus discípulos cómo tenían que orar siempre sin desanimarse, les propuso esta parábola: «Había un juez en una ciudad que ni temía a Dios ni le importaban los hombres. En la misma ciudad había una viuda que solía ir a decirle: "Hazme justicia frente a mi adversario." Por algún tiempo se negó, pero después se dijo: "Aunque ni temo a Dios ni me importan los hombres, como esta viuda me está fastidiando, le haré justicia, no vaya a acabar pegándome en la cara."» Y el Señor añadió: «Fijaos en lo que dice el juez injusto; pues Dios, ¿no hará justicia a sus elegidos que le gritan día y noche?; ¿o les dará largas? Os digo que les hará justicia sin tardar. Pero, cuando venga el Hijo del hombre, ¿encontrará esta fe en la tierra?»


Es cierto que en esta vida tenemos que ser bien pesados si queremos que se nos oiga. También es cierto que a cada época uno responde de un modo u otro y que, al crecer, nuestras posibilidades cambian y podemos ser tenidos en cuenta de modos muy diversos, no tan viscerales. Aunque hay momentos en que uno ha de ponerse bien tozudo para que no sea menospreciado.

La idea del evangelista corre hacia la perseverancia. Proclama el mensaje hacían una comunidad que estaba perdiendo el estímulo escatológico y que ya no vigilaba del mismo modo ante la tardanza de lanvenida de Cristo. Igualmente, siempre había el riesgo de volver a antiguos modelos de vida que se abandonaron en el momento en que se aceptó la mediación salvadora de Jesús. Ante estas realidades, el autor llama a proseguir, a perseverar, a mantenerse y a insistir.

Aun entendiendo el mensaje, no creo que en términos de Dios podamos aplicar esta necesidad insistente. Mas bien estimes cosa nuestra, viva para nuestra propia historia, válida para nuestro modelo espiritual y vital. Un Dios que nos ama bien seguro que no va a estar tan solicito en que sigamos y sigamos rogando, orando, postrandonos... No lo necesita. Más bien  somos nosotros que lo necesitamos, que necesitamos proseguir en estas fórmulas y en esta propuesta perseverante para no olvidar, para no deslizar o, incluso, para no perder.

Pero más allá, cierto... hay que ser tozudos, cuando la ocasión lo requiera.

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