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viernes, 3 de noviembre de 2017

LUCAS 14, 1. QUIEN PREVALECE?

 LUCAS 14, 1 – 6: Y sucedió que, habiendo ido en sábado a casa de uno de los jefes de los fariseos para comer, ellos le estaban observando. Había allí, delante de él, un hombre hidrópico. Entonces preguntó Jesús a los legistas y a los fariseos: ¿Es lícito curar en sábado, o no? Pero ellos se callaron. Entonces le tomó, le curó, y le despidió. Y a ellos les dijo: ¿A quién de vosotros se le cae un hijo o un buey a un pozo en día de sábado y no lo saca al momento? Y no pudieron replicar a esto.


La licitud del sábado tiene, también, mucho que ver con lo que hoy vive en boca de todos como libertad de expresión, de opinión, de opción… Ya no se trata sólo de la cuestión de la legalidad del precepto sabático sino de la lección catequética del pasaje, que el ser humano es digno y su dignidad está por encima de cualquier entramado. Y podemos llamarlo como queramos. Es decir, que puede ser en un marco legal, o familiar, o internacional; o puede ser en el entorno laboral, académico, social… que si es necesario hacer algo más en beneficio de la persona, hay que hacerlo.

Y hay que hacerlo porque, como se demuestra en nuestro tiempo, al inmovilismo de la ley se le suma la inoperancia de los órganos institucionales, tanto los internos como los globales, que o miran hacia otro lado, o se aprovechan de su posición privilegiada. Es por algo que le llaman estado de derecho o estado del bienestar. No porque en algún caso repercuta sobre los ciudadanos sino porque directamente, ineludiblemente, repercute sobre dirigentes, cámaras, jueces, bancos… A éstos sólo les preocupa que alguien venga a sanar al ser humano, sea o no en sábado. Si hay algún atisbo de curación, lo recortan, lo reprimen o lo suprimen, lo acallan o lo despellejan, ¿Quién se atreve a cuestionar el orden o la legalidad?

Pero cómo necesitamos voces, personas, grupos, ideas, sonrisas, colaboraciones y solidaridad. Cuánto las necesitamos!! Cuánto necesitamos a una sociedad inconformista, despierta, viva que quiera cuidar, acoger y ayudar a sanar al otro!! No hablo ya de pequeños gestos, de aquellos que ya muchos participan. Hablo de otro tipo de resistencia, más ruidosa, más persistente, más crítica. Podemos perfectamente conjugar una propuesta de ética y de paz con capacidad para enterrar los actuales sistemas de insolidaridad en los que somos gobernados. Un cristiano no puede ser tan ingenuo de pensar que el movimiento de Jesús no entrañara insurrección, protestas o discusión porque, miremos al pasaje, aquí la hay y es fuerte.
Podemos preguntarnos hoy, ¿Qué prevalece o qué va a prevalecer?

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