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domingo, 9 de agosto de 2015

JUAN 6, 41 ¿NO ES ESTE EL HIJO DE JOSE?

JUAN 6, 41 – 48: Entonces los judíos comenzaron a murmurar contra él, porque dijo: «Yo soy el pan que bajó del cielo.» Y se decían: «¿Acaso no es éste Jesús, el hijo de José? ¿No conocemos a su padre y a su madre? ¿Cómo es que sale diciendo: “Yo bajé del cielo”?» —Dejen de murmurar —replicó Jesús—. Nadie puede venir a mí si no lo atrae el Padre que me envió, y yo lo resucitaré en el día final. En los profetas está escrito: “A todos los instruirá Dios.” En efecto, todo el que escucha al Padre y aprende de él, viene a mí. Al Padre nadie lo ha visto, excepto el que viene de Dios; sólo él ha visto al Padre. Ciertamente les aseguro que el que cree tiene vida eterna.



Cuando uno empieza a leer el texto, y mirando a nuestra sociedad, parece como si inconscientemente estuviéramos en el plató de mujeres y hombres, o de sálvame de luxe, o de cualquier otro reality en el que murmurar, difamar o desprestigiar… se ha convertido en el mayor reclamo televisivo en España, y supongo que también en muchos otros lugares del mundo. Ha sido una escalada paso a paso de más de diez años en el que el concepto de privacidad, o de vida pública, han cambiado absolutamente. Lo que antiguamente se decía de los pueblos pequeños, que todo se sabía, o que se chismorreaba mucho, ahora se hace a escala global y como lo más normal del mundo. Igualmente con internet, que es una plataforma para conocer la vida, obra y milagros de cualquier persona.

Hoy es noticia cómo las empresas llegan a seleccionar o rechazar a un trabajador accediendo a su facebook, a su cuenta de instagram, o a su twitter. Lo que antes sólo podía hacerse a nivel laboral llamando a las antiguas empresas en las que estuvo el candidato, ahora está al alcance de un click. Y cuando alguno, o alguna, quiere presentarse en cualquier lugar, según su perfil, sus videos, sus mensajes… lo exponen a la misma murmuración con que aquel gentío despreciaba a Jesús: ¿acaso no es esta la que sale haciendo…?¿no es éste el hijo de aquel que anduvo diciendo…? ¿No conocemos su ideología, su tendencia sexual…?

Por no irme a la opinión pública, a las campañas para acceder a senador, a juez, a presidente… O por no hablar de muchas otras realidades en las que la crítica o la murmuración conviven porque unos y otros no saben aceptarse, complementarse, entenderse…

Habrá quien dirá que la Biblia, o que Jesús, no pueden enseñarle nada, yo pienso que sí, que son una fuente a la que poder acudir para analizar la vida, la sociedad, el momento. Tenemos el problema y también tenemos la solución, tenemos la dinámica y también la esperanza, y tenemos la cruz y también la resurrección. Dejen de murmurar dirá Jesús, como hasta el día de hoy también nos susurra que dejemos de hacer muchas cosas. Comer de Jesús es comer de un solo cuerpo, como así también es para nosotros comer de la misma realidad, de la misma materia. Es abogar más por la unión, caminar dándonos la mano, ofreciéndonos los unos a los otros: ven y come de mí.


Podemos continuar actuando como caníbales, que se comen los unos a los otros. Podemos cambiar la tendencia y comer del cuerpo de Cristo, y beber de su agua que es manantial de vida, y podemos regenerarnos en la esperanza del amor. No busquen devorarse, no se maten a bocados, dejen de murmurar. 

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