Translate

miércoles, 10 de diciembre de 2014

MATEO 11, 28 - CANSADOS Y CARGADOS

Mateo (11,28-30): En aquel tiempo, exclamó Jesús: «Venid a mí todos los que estáis cansados y agobiados, y yo os aliviaré. Cargad con mi yugo y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón, y encontraréis vuestro descanso. Porque mi yugo es llevadero y mi carga ligera.»

Llevo ya cerca de tres semanas aguantando dolores cada vez más complicados en la espalda. Me faltan las fuerzas, se me duermen las piernas, me cuestra concentrarme, mal duermo, la medicación me lleva a vomitar, y el dolor en sí no decae. Estoy intentando, otra vez, todo lo que se puede hacer con la medicina. Atrás ahora quedan aquellos quince días de hospitalización de este pasado septiembre, pero no tan atrás verdad? Apenas en tres meses ha cambiado mucho mi situación, y aunque quisisera decir otra cosa, lamentablemente no sería sincero.

Llevar una enfermedad no es nada fácil, acompañar a un enfermo tampoco lo es, sufrir, saber sufrir o ser sufrido son cosas muy diferentes, y tienen tantos matices como personas conozcas en estas situaciones. Los hay que afrontan la enfermedad con una entereza extraordinaria, otros que, pobres, lo tienen que hacer a lágrimas. Mejor o peor son términos que no existen. Nadie, en estos casos, absolutamente nadie, puede ser mejor o peor.

El sufrimiento, el dolor, las yagas, el desencanto, el mal nos afectan a todos por igual, y piénsalo, porque en uno u otro momento de tu vida, las fuerzas caen, el cuerpo se debilita,y el corazón se quebró. ¿Pasaron años, minutos, escasos momentos?

Todo lo que toca el corazón, el alma, o incluso el físico nos recuerda dos cosas fundamentales: la primera es que sentimos, que vivimos, que las relaciones nos afectan, nos importan. Que somos capaces de amar y de odiar, de abrazar y rechazar.

La segunda es que acabamos, que tenemos fecha de caducidad, que nos agotamos y que finalmente morimos.

Vivir nos acerca a morir, Amar nos aproxima a fallar, Reir nos invita a llorar, Ser... a no ser.

Venid a mi todos los seres humanos, nos dice Jesús. Sea cual sea vuestra condición, situación, estado, fe, circunstancia. Porque no me importa. No quiero sólo a los límpios, ricos, hermosos, sabios cuya vida florece, sino también a los enfermos, cojos, pobres, cansados, deprimidos, lloricones... Os quiero a todos dirá. A todos! Porque esta experiencia de la vida, tenemos que compartirla con y sin enfermedades, con más o ojalá menos desigualdades, con mejor o con esta peor situación económica. Pero venid, porque las puertas de mi casa están abiertas a todos, todos los días, y no cierro.

Y os aliviaré. Y enseñaré a los hombres y mujeres del mundo la necesidad de aliviaros, la vocación de serviros, de amaros, de comprenderos... Porque de cada situación de este complicado mundo, quiero hacer una escuela de vida.

Ven y vive conmigo dice Jesús. Y viviendo como yo vivo aprenderás a sostener tu vida por Amor. Porque no importa la circunstancia que lleva tu vida, si el timón de esa vida, lo comandas tú.


Que en este camino de Navidad, hoy tengamos un momento para decir, símplemente, SI. Si quiero venir Señor Jesús.

No hay comentarios:

Publicar un comentario