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viernes, 19 de junio de 2015

MATEO 6 A DIOS, O A LAS RIQUEZAS

MATEO 6, 19 – 24: »No acumulen para sí tesoros en la tierra, donde la polilla y el óxido destruyen, y donde los ladrones se meten a robar. Más bien, acumulen para sí tesoros en el cielo, donde ni la polilla ni el óxido carcomen, ni los ladrones se meten a robar. Porque donde esté tu tesoro, allí estará también tu corazón. »El ojo es la lámpara del cuerpo. Por tanto, si tu visión es clara, todo tu ser disfrutará de la luz. Pero si tu visión está nublada, todo tu ser estará en oscuridad. Si la luz que hay en ti es oscuridad, ¡qué densa será esa oscuridad! »Nadie puede servir a dos señores, pues menospreciará a uno y amará al otro, o querrá mucho a uno y despreciará al otro. No se puede servir a la vez a Dios y a las riquezas.


Quizás hoy estemos en los tiempos para entender más perfectamente el pasaje de Mateo: no se puede servir a Dios y a las riquezas, aunque se puede ser rico y servir a Dios. El evangelista es más radical en su planteamiento, porque servir a Dios es amar y servir a las riquezas es codicia, Dios me lleva a servir y a desprenderme  mientras que las riquezas me llevan incluso a robar, son dos posiciones antagónicas pero que Mateo lleva a sus últimas consecuencias. En nuestro tiempo, aunque tenemos la suficiente cordura como para saber que ser rico o pobre no es un impedimento para servir a Dios. También somos conscientes que robando, defraudando, malversando… no estamos en la mejor disposición para servirlo.

Nuestro tiempo parece un episodio incontrolado de servicio al dinero: el que es poderoso y puede lo roba; el que es poderoso y no quiere robarlo se dedica a producir en países que están a favor de la explotación infantil; roban los sindicatos, se hacen cursos falsos en el Inem, se privatiza la sanidad, se pone la prioridad en las petroleras, se impide traer a la luz proyectos de sostenibilidad; se promueven guerras y se deja a la población que las sufre vivir entre el tiroteo o confinados, o pasando hambre… Y además resulta que el que está en el paro, sin posibilidad de pagar, teniendo que hacer lo imposible por mantener a su familia y que el banco está a punto de desahuciar  también es un delincuente, lo que importa es el dinero y que usted pague.

Si ahora miramos la situación política de estas últimas municipales y nos atenemos a los muchos cambios que ha habido y en cómo la sociedad ha colaborado para mostrar su descontento y desconfianza hacia esos partidos, pongámonos también en la necesidad y en la garantía que tendría esa misma respuesta ciudadana a favor del amor. ¿Es que quizás pensemos que el amor basta viviéndolo en pareja? ¿O entre los miembros de nuestra familia? El amor es el derecho más fundamental de la vida porque hace fructífera la libertad, y como bien para la humanidad hay que conseguirlo, porque nadie más debiera todavía sufrir de desamor. Lo importante es hacer feliz al otro, que se sienta amada, que sea feliz, y lo importante para mí es que le demos este sentido a la vida, más allá de cualquier otro, y la política, las hipotecas, las eléctricas… que se esperen, y que colaboren.

Levántense contra el agua y la luz, contra el petróleo, contra los recursos explotados…

Si tuvimos presente todo aquello que surgió después del 15M, cuánto más presente no vamos a tener el sentido de la vida humana. Que sirvan, que dejen el dinero y que sirvan.

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