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jueves, 28 de septiembre de 2017

LUCAS 9, 7. PROCURABA VERLE

 Lucas 9, 7 – 9: Se enteró el tetrarca Herodes de todo lo que pasaba, y estaba perplejo; porque unos decían que Juan había resucitado de entre los muertos; otros, que Elías se había aparecido; y otros, que uno de los antiguos profetas había resucitado. Herodes dijo: «A Juan, le decapité yo. ¿Quién es, pues, éste de quien oigo tales cosas?» Y buscaba verle.



Hay relatos que se van repitiendo sistemáticamente en los Evangelios y que nos repiten una misma historia, una intuición similar o un acontecimiento extraordinario para la comunidad creyente, en este caso la lucana. Y de cierto hay algo de paralelo entre el relato de las apariciones de Jesús y este convencimiento del tetrarca que supone a un Juan resucitado tras decapitarlo. No es que haya un paralelismo a este nivel entre Juan y Jesús sino que aquello que es común a los dos no puede, jamás, verse ni decapitado, ni encerrado en un sepulcro. Tal es la sorpresa de Herodes, su asombro, que procuraba verle.

El Evangelista nos sitúa en medio de un tiempo en que se juntan la creencia en la resurrección de los muertos, los relatos de apariciones y el mesianismo. Por tanto, de estas tradiciones se aprovecha para ponernos un poco en contexto de un tiempo histórico inusitado. La historia del pueblo es ahora historia de salvación y es un tiempo espiritual, como luego remarcará en los Hechos, para todos los pueblos.

Lucas nos dibuja diferentes escenas que significan la distancia entre Jesús y el Bautista. Una diferencia que se hace abismal con la muerte de Juan. Sólo Cristo resucita y por ello más grande es Jesús que el Bautista. Por tanto es importante tener en cuenta este pasaje porque, de cierto, algo mayor que Juan está aconteciendo a pesar del estupor del tetrarca.

Hay que buscar verle, hay que procurar saber de Él, hay que investigar, indagar, descubrir… y hay que hallar. Pues algo nuevo está aconteciendo.

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